"Mis padres me inculcaron la importancia de estudiar"

"Mis padres me inculcaron la importancia de estudiar"

El centrocampista extremeño habla de su adaptación a la Región de Murcia y hace balance de su carrera deportiva, en la que destaca un hecho que prueba que es un futbolista diferente
Jueves, 15/10/2015 - 19:54
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Llegó este verano procedente del Huracán Valencia y poco ha tardado en demostrar que tiene calidad de sobra para triunfar en Segunda División 'B'. Jesús Rubio (04/02/1987) es el director de orquesta de este UCAM Murcia CF, el eje central por el que pase todo el juego del equipo. Es ese futbolista capaz de marcar el ritmo del partido, de aportar la pausa necesaria en momentos de frenesí. Enamorado de Zinedine Zidane desde bien pequeño, trata de emular la elegancia del astro francés en los terrenos de juego. "Uno intenta hacerlo lo mejor posible, aunque las distancias son demasiado grandes", bromea Rubio.
 
El mejor ejemplo de que Jesús es un futbolista diferente tuvo lugar en la temporada 2006-2007, durante su primera temporada en Segunda División 'B'. Su Talavera se enfrentaba al Puertollano en un partido de máxima rivalidad tanto geográfica (era un derbi castellano-manchego) como deportiva (ambos conjuntos ocupaban la zona baja del grupo IV). "Íbamos perdiendo y tiré un penalti a lo Panenka. El portero lo paró y al minuto siguiente el entrenador me cambió, a pesar de que había salido en la segunda parte". El enfado del técnico, Pedro Morilla, salió a relucir en la rueda de prensa posterior al partido, en la que definió la frivolidad del protagonista como "gilipollez". Un cabreo que no se quedó simplemente en ese encuentro, sino que se prolongó toda una semana: "Me castigó sin jugar de titular cuando lo había jugado todo".
 
Por suerte para Jesús Rubio, el míster dejó a un lado su ira temporal y volvió a depositar la confianza en el centrocampista. "Hubo más penaltis y fue el entrenador el que me dijo que los tirara todos. Desde ese día no he vuelto a fallar uno en partido oficial de los 15 que he lanzado", relata como si se hubiera quitado un peso de encima. Tanto que a partir de ahí decidió cambiar su forma de ejecutar los lanzamientos desde los once metros. "Ya nunca más he vuelto a tirar a lo Panenka (risas)", explica con la lección aprendida.
 
Formado en el Villarreal
Jesús Rubio empezó a darle patadas al balón antes de que le salieran los dientes. Fue el deporte que más le llamó la atención. Pasó de jugar en la calle con los amigos a federarse en el equipo de su ciudad, el Plasencia, en el que permaneció hasta los 14 años. En su niñez, Jesús era un chaval "más revoltoso que tranquilo", de los que no se portaban excesivamente bien. Pero quiere dejar bien claro que "solía sacar buenas notas". Esa insistencia con los estudios le viene de familia: "Mis padres siempre me han inculcado la importancia de los estudios por delante del deporte, aunque siempre me han apoyado y respetado en mis decisiones".
 
A los 15 años tuvo que cruzar España de oeste a este con el objetivo de cumplir el sueño de su vida: ser futbolista profesional. Ingresó en una de las canteras más fructíferas del fútbol español, la del Villarreal FC, en la que estuvo cinco años. Más de 600 kilómetros en los que tuvo que alejarse de su familia, dejar su casa por primera vez y, encima, con una edad muy tempana, lo que dificultó su adaptación en tierras castellonenses: "Fue complicado porque era muy joven. Llegué el 15 de agosto y no me volví hasta navidad. Fueron cuatro meses muy duros. Encima, mis padres tenían muy difícil venir a verme porque regentaban un bar, por lo que trabajaban seis días a la semana". 
 
Pasado este difícil período inicial, Jesús desplegó plenamente todas sus cualidades futbolísticas, por lo que fue subiendo de escalafón en escalafón hasta debutar en el Villarreal 'B' siendo juvenil, con 17 años. Sus buenas temporadas le hicieron llamar a la puerta del primer equipo, con el que jugó un partido amistoso contra el RCD Espanyol. "Es otro mundo. Juegas en un estadio de talla mundial, con una capacidad de 40.000 personas. Es una experiencia preciosa", confiesa.
 
Adaptación al calor murciano
Además de Villarreal, Jesús Rubio ha hecho paradas en Talavera, Écija, Almería 'B', Lepe, Recreativo de Huelva, Gimnástic de Tarragona, Huracán Valencia y UCAM Murcia, que espera que sea la definitiva. Por el entorno, por el club y por la ciudad, a la que "me he adaptado muy bien". No obstante, reconoce que al principio no tanto porque "la humedad y el calor son un poco agobiantes", pero ahora "me he acostumbrado y no tengo problema". "Y en Murcia, mucho menos", exclama con entusiasmo. Un estado de ánimo que constata cuando habla de las bondades de la capital del Segura: "Hay de todo y lo tienes cerca, incluso la playa, que es una de sus principales joyas de la corona".
 
No obstante, Rubio también cuenta en Murcia con la compañía de su mujer, que "vive aquí conmigo y es un apoyo fundamental, al igual que mis padres desde la distancia, ya que hablo todos los días con ellos por teléfono". Otro de los factores que está ayudando a la mejor aclimatación de Jesús Rubio en la Región es José María Salmerón. Entrenador y futbolista universitarios compartieron vestuario durante una temporada en el Almería 'B'. "Profesionalmente congeniamos muy bien, aunque la relación personal con él es normal, de respeto y sabiendo cada uno su posición".
 
Se forma en ADE y como entrenador
Además de entrenar duro a diario y jugar un partido semanal, Jesús Rubio también tiene muy en cuenta su formación. El centrocampista extremeño aprende sobre Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad Católica de Murcia, a la que acude a diario en horario de tarde. Esta carrera que ya empezó en la Universidad a Distancia (UNED), pero con la que ahora en Murcia se siente realmente motivado. "Antes hacía la carrera online, pero ahora la UCAM me ha dado la oportunidad de que sea presencial y prefiero este método de enseñanza. Así me empapo mejor de los contenidos que espero desarrollar el día de mañana", relata.
 

Otra de las actividades educativas en las que el cacereño dedica su "poco" tiempo libre es a prepararse para emular a José María Salmerón en los banquillos. Aprobados ya los títulos I y II de entrenador, buscará este año o al siguiente encarar el tercer nivel dentro de esta tipología de estudios. Todo ello, para el día de mañana intentar alcanzar el nivel de dos de los mejores entrenadores del mundo, Mourinho y Guardiola, aunque "no me parecería a ninguno de los dos". Palabra de un futbolista diferente.

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