El CB Murcia devuelve la ilusión al Palacio

Domingo, 01/03/2009 - 01:00
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Los de Hussein, liderados por un Lamont Barnes que capturó diecisiete rebotes, consiguieron el 78-75, en un emocionante encuentro en el que nada estuvo claro hasta que sonó la bocina


Manresa, Estudiantes y Fuenlabrada. Los últimos tres rivales que el CB Murcia ha recibido en su fortín han conseguido irse del mismo con una victoria más en su haber. Cierto es que las derrotas en casa han sido compensadas con los partidos de fuera, pero, a pesar de ello, había que romper con la mala racha en el Palacio.

Pues bien, los pupilos de Manolo Hussein consiguieron hacerlo, y, además, ante un rival difícil, marcado por su calidad e intensidad, bien dirigido por Gianella y mejor defendido por Borchardt, quien, sin embargo, no pudo detener a un Lamont Barnes que se alzó como amo y señor de la zona. De hecho, quedó como MVP del encuentro, después de anotar dieciséis puntos, poner tres tapones y capturar diecisiete rebotes.

Sin embargo, y a pesar de su trabajo, apoyado por Fajardo y, en el exterior, por Robles, el choque no se decidió hasta los últimos segundos, aunque, finalmente, los murcianos consiguieron un 78-75.

El cinco inicial de Manolo Hussein estuvo compuesto por Chris Thomas, Donatas Slanina, Taquan Dean, Chris Moss y Lamont Barnes, mientras que Trifón Poch contó con Nico Gianella, Filip Videnov, Jimmie Hunter, Juan Pedro Gutiérrez y Curtis Borchardt.

El inicio del primer cuarto fue realmente duro para el equipo local. Su rival salió pisando fuerte y, desde el primer momento, mediante una fuerte presión en defensa y reiteradas manifestaciones de su calidad en ataque, se adueñó de la pista murciana. Su dominio llegó hasta tal punto que, durante los siete primeros minutos, impidió que los de Hussein anotasen y se posicionó 0-15.

Sin embargo, a 3:15 del final del periodo, Barnes, por fin, consiguió anotar dos tantos y, de este modo, abrió la veda de los de casa. Los interiores se las apañaron para sobrepasar la defensa granadina y Robles y Mijatovic completaron la remontada desde fuera, de manera que llegaron al segundo cuarto 14-19.

Una vez entrado este periodo, la balanza se mantuvo más compensada, aunque, hasta el minuto 18 de partido, los de Poch mantuvieron su ventaja. Fue entonces cuando el escolta madrileño consiguió el empate a 33 mediante un triple, que repitió dos jugadas más tarde. Fajardo y Moss se encargaron de redondear el marcador, que quedó 40-37.

Sin embargo, fue en el tercer cuarto cuando, realmente, se pudo ver al CB Murcia como un equipo unido y compenetrado. El trabajo defensivo, tanto de Barnes, como del pívot canario, permitió que los exteriores tuviesen la posibilidad de anotar. Éstos, por su parte, mostraron su calidad, aprovechando las oportunidades que los de dentro les ponían en bandeja. De este modo, la situación volvió a desequilibrarse, pero esta vez a favor del grupo de casa, que llegó a alcanzar los diez tantos de diferencia con respecto a su rival.

Aún así, el conjunto granadino no se dio por vencido tan fácilmente. Borchardt y Gianella encabezaron la remontada y consiguieron un 60-60 que actuó como punto de partida de un emocionante cuarto final, en el que ninguno de los dos conjuntos consiguió despegarse de su rival. De hecho, el empate se repetía una y otra vez, hasta que llegaron los últimos segundos. Entonces, el sexto jugador murciano, es decir, la afición del Palacio de Deportes, resultó esencial. Su presión hizo fallar al gran Borchardt en dos tiros libres que habrían desempatado el 75-75 a favor de los granadinos.

En la siguiente jugada, Donatas Slanina recibió una falta de Gianella cuando se disponía a lanzar un triple. El lituano, que no había estado muy acertado en sus anteriores jugadas, hizo acopio de profesionalidad y anotó los tres tantos que le correspondían. Automáticamente, Poch pidió tiempo muerto y preparó una acción en la que Hunter se la jugaría en la línea de 6,25. Sin embargo, el americano no tuvo tiempo de rebasar la defensa murciana y encontrar el ángulo adecuado, ya que, enseguida, la victoria local por 78-75 quedó sellada por el sonido de la bocina.
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